Queridos compañeros y compañeras,

Os doy la bienvenida a la Comisión sobre “El Futuro del Abogado” y os invito a uniros a nosotros en la tarea crucial de reflexionar sobre el futuro de nuestra profesión.
Lo primero que quiero destacar es el matiz subyacente al propio nombre de la Comisión.  Nuestro objetivo no es realizar un estudio sobre el futuro “de la profesión", como función dentro del sistema judicial, sino centrarnos en el porvenir "del abogado" con énfasis en la actuación personal al servicio de una deontología.  El trabajo de la Comisión gira en torno a la persona que defiende a la persona.

Este enfoque nos obliga a hacer un esfuerzo de síntesis para acomodar los elementos esenciales de la función del abogado frente a los cambios estructurales políticos, económicos y sociales fundamentales, los cambios sociales profundos y los importantes desafíos a los que se enfrentan nuestras clases medias.  Este futuro exigente y desafiante ya es en gran parte presente y nos incita no sólo a pensar en estos temas, sino también en cómo proteger la integridad de nuestra profesión.

Algunos de los interrogantes clave a los que se enfrenta nuestra Comisión—y nuestra profesión en su conjunto—son: ¿Qué quedará del formalismo como esencia de nuestras garantías?¿Cómo sobrevivirá el respeto rituario en un entorno obligado a la inmediatez?¿Cuánto de nuestra función de asesoramiento personal será convertido en producto mercantil?
La Comisión sobre “El Futuro del Abogado” continúa considerando estas y otras cuestiones urgentes a través de debates razonados que se centran en los cambios necesarios para preservar los valores fundamentales de nuestra profesión.

Aprovecho también esta oportunidad para rendir un sentido homenaje a Urquiola DE PALACIO, Huguette ANDRE-CORET, Bernard CAHEN, Luis DELGADO DE MOLINA HERNANDEZ y Gérald TREMBLAY, mis predecesores en el liderazgo del trabajo de esta Comisión y que continúan contribuyendo a la labor de la Comisión a través de su consejo y participación activa. Es una gran responsabilidad continuar la labor que ellos han llevado a cabo. Sin embargo, esta no es una tarea que deba realizarse, ni que se realice, en solitario.  Al contrario, la reflexión común y la integración de la experiencia de diferentes regiones del mundo resulta en esta tarea especialmente interesante y enriquecedora.

Espero que podamos contar con vuestro apoyo y trabajo en la Comisión.

Sed bienvenidos,

Aníbal SABATER
Presidente de la Comisión

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